Rebecca Crespi

Sí, sí has leído bien ¡¡¡cambiar!!!! Podemos ser lo que queramos ser, no importa lo que otras personas te digan, importas tú, lo que tú quieres y lo que a ti te hace sentir bien, eso sí, desde la asertividad, no es necesario “pisar” a nadie para conseguir lo que uno quiere. 

Cambiar, eso que en ocasiones da tanto miedo y hablo de un cambio a nivel de crecimiento personal, cambiar un jersey o un par de zapatos es bastante fácil, hablo de un cambio a nivel interno, de plantearte quién eres, qué llevas en tu mochila, que quieres sacar de ella y que quieres meter. Imagínate que eres un Iceberg (no la lechuga, lo que hizo hundir al Titanic) hay una parte superficial (la que se ve) y una parte más grande inmersa (esa que no se ve) y esa parte que no se ve pero tú sí sientes que es la que necesita ser revisada y ver qué puedes hacer para estar mejor tú, lo primero eres tú y después ese cambio a nivel interno, será un reflejo de tus relaciones en general. 

Cambiar es esa parte que nos cuesta tanto. Ojo! Que aquí la presente era una de esas personas, una persona que pensaba que lo que me venía desde mi infancia lo llevaría hasta el día que me fuera de este mundo porque venía de serie instalado en mí (ya te adelanto que no tiene que ser así, si tú no quieres). Eso sí, no te lo va a poder dar otra persona más que tú misma.